martes, 22 de septiembre de 2009




Ella fue mi vida, durante siglos, mi Diosa, la que tenía que ser mi compañera eterna me abandonó. Ella murió, asesinada, unos nómadas, o eso me dijeron, yo no estaba. Murió mientras cumplía con mis obligaciones como miembro de la Realeza Vampirica. Desde entonces me he mantenido alejado de todos los temas relacionados con el corazón. El día que me convirtieron, detuvieron el latir de mi corazón, el día que ella murió, estalló en más de mil pedazos. LA AMABA y LA AMO. Nunca podré olvidarme de ella. Fue la primera mujer dentro de la realiza, sus opiniones siempre acertadas eran tenidas en cuenta por Aro, por Cayo y por mí mismo. Ahora Sulpicia ocupa su lugar, pero la sabiduría y la felicidad de Dedydme, era infinita. Sin ella, toda Volterra ha perdido color y encanto. Destilaba felicidad por donde quiera que pasara. Era parte de su don, pero también era su carácter, éramos nosotros, felices, desde el día que nos conocimos hasta el día de su muerte.

Pueden pasar por mi cama 1, 2, 3 10000 mujeres, pero nunca ninguna ocupara el lugar que Dedydme ha dejado vacio.

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